La fotografía abarca múltiple áreas y el nivel de exigencia o lo que se espera de ella en cada una de ellas no puede ser lo mismo. De esta manera cuando hablamos de periodismo se exige un compromiso con la realidad de los hechos y una casi imposible ,la mayoría de las veces, objetividad.
La fotografía publicitaria exige un mensaje y una comunicación que pueda sustituir o complementar las palabras.
La fotografía industrial exige rigor y exactitud de objeto o sujeto fotografiado.
Y así podríamos enumerar varios tipos según las aplicaciones que se quieran dar, como son la medicina, astronomía, etc. Todas ellas exigen un conocimiento y control técnico en mayor o menor medida.
La fotografía artística de igual manera exige conocimientos técnicos pero en un proceso creativo como esto no la podemos esclavizar y dominar con normas o reglas, como se suele decir, debemos aprender las reglas y luego olvidarlas.
Esta semana os dejo un artículo muy interesante y en tono de ironía publicado en su original en portugués en la bitácora Camara Obscura y titulado Os sete pecados capitais de imagem técnica, en este caso traducido al español y con imágenes propias. Lo encontraréis en
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